viernes, 11 de febrero de 2011
CARTHAGO
Según la leyenda que ha sido adulterada por algunos escritores clásicos latinos, Cartago fue fundada en el 814 a. C.[22] por la princesa Dido, hermana de Pigmalión, rey de Tiro. Éste, que ambicionaba el tesoro de Siqueo, esposo de Dido, la obligó a que le revelase la ubicación de dichas riquezas. Dido engañó a Pigmalión indicándole un falso lugar y éste primero asesinó a Siqueo y después buscó la fortuna, mientras Dido lo desenterraba y huía con el tesoro y sus seguidores. Embarcó y navegó hasta llegar a la región habitada por los libios, donde solicitó al rey local tierras para fundar una ciudad pero, reacio a la intrusión, solo le concedió el terreno ocupado por una piel de toro. Dido, mujer ingeniosa, cortó la piel en finísimas tiras y así delimitó una gran extensión e hizo construir una fortaleza llamada Birsa, que más tarde se convirtió en la ciudad de Cartago.
Cuando Troya cayó en poder de los aqueos, Afrodita dijo a su hijo Eneas, uno de los caudillos del ejército troyano, que huyera de la ciudad y no muriera como un buen troyano, pues Troya ya no existía y para él se había reservado otro futuro. Tras varias escalas, llegó a Cartago, donde la reina Dido se enamoró locamente de él, permaneciendo largo tiempo juntos. Pero Eneas recibió de Júpiter la misión de fundar un nuevo pueblo, debiendo partir a su destino. La noche que Eneas embarcó con su gente, Dido corrió a convencerle para que no partiera, sin que Eneas mostrara la más mínima duda sobre su marcha. Dido, tras verle partir, ordenó levantar una gigantesca pira donde mandó quemar todas las pertenencias de Eneas. Al amanecer subió a la pira y, tras condenar a Eneas y a todos sus descendientes, hundió en el pecho la espada de Eneas y se arrojó al fuego. Según la tradición, Rómulo y Remo son descendientes de Eneas por medio de su madre, Rea Silvia, siendo Eneas el progenitor del pueblo romano. En su muerte, Dido condenó no sólo a su amante, sino a todos los romanos.
****Y vosotros, ¡oh, Tirios!, cebad vuestros odios en su hijo y en todo su futuro linaje... Nunca haya amistad, nunca haya alianza entre los dos pueblos… ¡playa contra playa, olas contra olas, armas contra armas, y que lidien también hasta sus últimos descendientes!.****
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