viernes, 11 de febrero de 2011
NOMADAS
Érase una vez un desierto. Un desierto de arenas cambiantes. Dunas rojas por el sol y el calor asfixiante. Un océano de arena que a primera vista parecería muerto, pero que ante unos ojos expertos rebosaba vida.
Esta es la historia de un pueblo que nunca llegó a su destino.
Todo empezó un día...
Los camellos se asustaron. Abrieron las aletas de sus narices, nerviosos y atentos. El hombre cubierto por completo, solo dejaba dislumbrar una pequeña rendija para poder observar a su alrededor.
El jinete y su montura llegaron al límite de la duna y en el fondo de la siguiente se hallaba la causa de su nerviosismo. Un grupo de gente caminaba acompañada de sus camellos y enseres.
Dictan las normas de cortesía que al encontrarse en el desierto el saludo debe de ir acompañado de hospitalidad. Allí mismo plantaron las tiendas ya que la noche se le echaba encima. Era raro no encontrarse con alguien, ya que los caminos, aunque no marcados por nada ni por nadie, existían. Como sí una memoria ancestral guiara a las caravanas hacia su destino.
Así fue ocurriendo durante varios días y se iban acercando hacia el oasis, punto final de su recorrido.
A través de muchos años, se habían establecido alianzas y compromisos en el uso del agua y del fruto de las palmeras del oasis. Pero aún así existía en ese lugar un venerable anciano al que todos recurrían cuando surgía algún problema. O para oír de su experiencia en algo que se desconocía.
Llegó un día en el cual el anciano reunió a todos los viajeros de las arenas. Era de noche y sólo el techo lleno de estrellas les cobijaba.
Les convocó para contarles un secreto, solo por él conocido. Todos respetaban al anciano pues les había dado muchas muestras de sus acertados consejos a lo largo de los muchos años que le conocían.
Con santa paciencia logro reunirlos, poco a poco fueron juntandose para escucharle, cuando el vio reunidos a los justos para poder empezar ,
Les habló así:
- Vosotros sois la continuacion de nuestra estirpe. la sangre que corre por vuestras venas es la misma en todos vosotros, por ello vuestro destino era el de permanecer aqui y ahora.
Miro fijamente a todos. mientras relataba esto:
- Hace tiempos las raices nomada sufrieron un desgarro, la separacion por motivos ajenos a mi razon, hizo que nos separaramos y vivieramos distantes unos de otros, pero el tiempo cura las heridas y de nuevo los descencientes y algunos de los antiguos estais aqui, con ganas de volver a sentir la libertad, que da el ser nomada. Cada uno de vosotros habeis llevado caminos, distantes y a la vez paralelos. Sabiendo que algun dia esto pasaria, (queda en silencio unos segundos) una sonrisa se dibuja en su rostro, para continuar.....
- Juntos de nuevo sois capaces de hacer mucho, de vivir grandes aventuras y de ser fuertes, ¡ Nomadas! cojer las riendas de vuestro mundo y no dejeis que nada ni nadie se interponga escribir la historia del regreso de vuestra familia con orgullo y honor... en vuestras manos esta. Apartir de ahora la historia no se puede relatar, debe ser escrita. calla y un silencio recorre el ambiente, todos quedan pensando en ello, algunos se conocen otros no pero si saben que algo en su interior les une, son sangre de su sangre y la aventura comienza para los Nomadas de nuevo............
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